miércoles, 15 de diciembre de 2010

Carta a mi amor...



Mi amor:

Miro las estrellas adornar el cielo y me pregunto si piensas en mí, como yo en ti.
Cada noche, antes de dormir… te mando besos, en esos momentos en los que me preparo para poder dejar mi alma volar a esos lugares lejos de nuestro cuerpo, puedo unirme a ti en espíritu, por medio de alguna de las miles dimensiones inexploradas del cosmos, acariciar tu cabello y perderme hasta   que el amanecer enseñar los dientes  a mi alma y la obligue a regresar.

Tu respiración, el palpitar de tu corazón, los miles sonidos que en mis momentos de anhelo percibo mientras mi cuerpo yace postrado en esta sábana blanca, en este jardín de hielo que me aterra, con estas criaturas que dicen querer ayudarme…

Solo tú has creído en mí, has dado un destello en esta enorme oscuridad que es mi vida… con esos ojos miel que penetran en mi mente, mi piel y deseo.
Inspiración es para mí, tu nombre…

Mi amor, ¿acaso tu nombre es sinónimo de dulzura y amargura?, ¿de lágrimas y alegría?, ¿de compañía y soledad?, porque para mí, lo es… eso y mucho más...

 Eres la mujer, quien oculta ha  estado junto a mí, detrás de mi alma, ahí donde solo yo conozco y puedo llegar, ahí donde el sol ha muerto.

 Luces en la noche deberé de buscar, aventurándome a cada paso por este lúgubre camino que  intenta  asustarme. 

Ilumina esta noche con tu presencia, y dile tu nombre en un sutil aliento, bésame y piérdete entre mis caricias y deja que mis dedos se enreden en tus cabellos.

 Sálvame de las tristes memorias que me acompañan y dame imágenes de tu belleza, un anochecer en tus brazos. 

Siente la brisa del invierno que se aproxima y cúbreme con tu cuerpo, dame un anhelo que siempre llevaré. 

Abrázame y déjate abrazar, enciende la luz en mi corazón con el fuego de tu pasión y verás al hombre que te amará por siempre.



Tuyo: 
V.M.